lunes, 2 de octubre de 2017

PARADA DE LOS RICOS (II)



Fotografía que remitió entonces (2015) el amigo desde las infancias de los juegos infantiles de la Calle El Calvario de La Villa de La Orotava; CARMELO SANTOS VILLAR.
Fotografía casi espectacular en la que vemos dos choferes taxista de la Villa que pertenecían a la parada conocida por el Llano.
En la década de los años treinta, cuarenta y cincuenta del siglo XX, existían en la Villa de La Orotava, dos importantes paradas de cocheros a motor. La parada del Llano ubicada entre la Calle El Calvario y la calle García Beltrán (tenían el teléfono colgando en el primer árbol de plátano de Líbano), que conocíamos por la Parada de “Los Ricos”, no por qué los cocheros eran ricos sino por que trabajaban exclusivamente para esa capa social “Coburgos”. La Otra parada estaba ubicada en el inicio de la Calle El Calvario, bajando por la derecha, frente a la marquesina del primitivo Bar Parada, que la conocíamos por “Los Piratas”, puesto que hacían sus servicios hacía la capital Tinerfeña (Santa Cruz de Tenerife) y recogían pasajeros por todos los pueblos por donde perpetraban la ruta.
Esta panorámica tomada en la calle El Calvario esquina García Beltrán, delante del primer árbol de Plátano de Líbano de los seis existentes en el lugar. Árbol donde los taxistas de la Parada “El Llano” colgaban el teléfono dentro de una caja tipo casita campestre.
Panorámica del final de los años cuarenta o principio de los cincuenta del siglo XX. Vemos de izquierda a derecha; Justo Hernández, un señor con sombrero que desconozco su identidad, supuestamente sea uno de los muchos huéspedes del anexo Hotel El Suizo de procedencia Cubana, Placido Villar y Vicente Santos Hernández.
Curiosamente la calle El Calvario de pista empedrada, con canales por los laterales para la corrida de las aguas de las lluvias. Por la izquierda la Plaza de Franchi Alfaro, en el lugar de acceso a la misma, que consistía en una bajada tipo vereda de tierras sin escalones. Por la derecha; la mansiones de doña Mercedes de la Puente viuda de don Fernando Hernández Pérez (actual de los herederos; Saro Calamita), la de don Manuel Fariña Hernández. Las casitas de Rosalía y María Provincia que adquirió mi padre Juan Álvarez Díaz para construir un  salón industrial (actual vivienda habitual de un servidor), casitas donde vivieron don Paco Polo Verdugo (tenía un guachinche – venta – con juegos de mesa) y don Aniceto que conocíamos cariñosamente por el de las masetas (tenía un cochito de arrastre fabricado artesanamente de madera para el transporte de mercancías), garaje de don Antonico León y Mansión del mismo señor (actual de su nieto Juan del Castillo y León) y la mansión anexa donde entonces estaban las barberías de Perico y Manuel, el taller de electricidad de automóviles de don Ernesto, y Comestibles de don Ignacio Pérez que en la actualidad es propiedad de los herederos de doña Loreto Díaz.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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