El incendiado PALACIO DE CELADA de La Villa de La Orotava fue considerado
como una extraordinaria mansión, que NÚÑEZ DE LA PEÑA calificó de las mejores
de la villa. Se quemó el día 15 de agosto del año 1716, quedando en pie la
fachada y algunas paredes interiores.
Edificado a mediados del siglo XVII por Diego Benítez de Lugo y Vergara,
marqués de Celada, casado con doña Isabel Suárez Viña de Vergara. Interviniendo
en la obra el cantero gran canario Juan Báez Marichal. En la parte baja de la
edificación había diversos aposentos que servían de almacenes.
Supuestamente me hago una pregunta. ¡¡Aun se puede reconstruir este
magnífico PALACIO DE CELADA!!, con modernos materiales y con la nueva
tecnología.
Pasto de las llamas el 15 de Agosto del año 1716, y que mi amigo desde la
infancia de la Villa de La Orotava arquitecto jubilado; Luis García Mesa, ha
reconstruido a través del dibujo grafico de su fastuosa fachada, de acuerdo con
una foto que le envíe de las ruinas del mencionado palacio orotavense.
Esto me parece un sueño, pues este palacio de Celada estuvo ubicado en la
actual plaza dedicada al ilustre alcalde de La Orotava Don Antonio María
Casañas González, frente al templo monumental de nuestra Señora de la
Concepción. Claro el solar está ocupado por una plaza, a mi menesteroso juzgar,
no es de un valor trascendente. Recuperar este palacio en ese lugar, para
albergar en él el tesoro artístico de orfebrerías y de pinturas que se
conservan en los templos y en las casas particulares de La Orotava, se podría
convertir en uno de los museos más importante de Canarias, lo cual La Villa de
La Orotava recuperaría el esplendor del siglo de Oro, del siglo de las luces,
del siglo de la ilustración. Pero hay una incongruencia, para ello, se requiere
una gran inversión, una inversión de incalculable valor que hoy el pueblo de la
Orotava no tiene ni para comprar las escobas, y eso que en el siglo XVIII con
la venta de 500 toneladas de mostos a Venezuela, según nos cuenta el profesor
titular de Historia de Arte de la Universidad de Las Palmas, el convecino y
amigo Sebastián Hernández Gutiérrez, se pudo fabricar y terminar el templo
actual de Nuestra Señora de La Concepción, considerado como el tabernáculo más
barroquizante del archipiélago canario.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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