sábado, 16 de septiembre de 2017

CALLE EL CALVARIO DE LA OROTAVA AL PRINCIPIO DEL SIGLO XX (III)



“…En la calle del Calvario / faltan tres personas / Maria la Sorpuesta / Rita la montona / y le sigue la corriente / Amparo la Reverona…”

Insólita y sorprendente fotografía de la Calle El Calvario de La Villa de La Orotava (que me vio nacer), que remitió entonces el amigo Pedro Santiago Brito García, de fotógrafo anónimo.
La Panorámica está tomada a la altura donde en la actualidad se encuentra el histórico Bar Fariña. Observamos el camino que unía la calle El Calvario con el lugar llamado “La Sidrona”, antiguo camino “Los Cuartos”, en la actualidad Avenida de Canarias.
El espectáculo coincide con las Fiestas Mayores de la Villa de La Orotava, puesto que desde entonces se confeccionaba un arco de frutas al principio de la calle, además se le ponía banderitas a las guaguas y jardineras en señal de días festivos de la localidad.
Por la izquierda aparecen cuatro casas, que fueron derruidas para ampliar el viejo camino y  construir la nueva y moderna Avenida, que en principio se le denominó José Antonio, en una de ella empezó “La Academia” como guachinche (casa de la abuela de los fundadores; Quintero Santos). La quinta casa de dos puertas, estuvo la oficina de la parada de las guaguas de transporte de Tenerife y en la segunda el guachinche del padre de Toribio, Pepe y Ramón Hernández Fariña.  A partir de ahí, que no se ve, es la casa donde actualmente está el Bar Fariña.  En la parte baja del camino había un laurel de India y debajo un chorro de hierro fundido en Londres que colocó en los años veinte del siglo XX, el entonces alcalde de La Orotava, e ilustre jurista don Agustín Hernández y Hernández, para abastecimiento de agua potable a la población. Por la parte de arriba del camino existieron una serie de arboles de los llamado Plátano de Líbano que fueron desaparecido del lugar cuando se construyó el Cine Orotava o Cine de Don Casiano (actual sala de Power). Por la derecha aún existía construcciones, podemos ver un muro que empezaba al principio de la calle y llegaba hasta la calle de San Sebastián.
El panorama que vemos en la foto, parece de película de la época, vehículos de diferentes tipos; taxis piratas, jardineras (abiertas y cerradas). La calle entonces estrecha, donde la población partía en esos viejos coches hacía otras localidades en especial a Santa Cruz de Tenerife y regresaban, así como los que nos visitaban pernotaba el lugar.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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