El amigo del Puerto de
la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (11/10/2016) estas notas que
tituló “¡¡¡AY, MI HERMANO!!! IMELDO Y SUS TENDENCIAS”: “…Imeldo Bello es como
es. El artista ácrata, librepensador, inconformista, ingobernable, rebelde
hasta el tuétano, hasta que llegó la hora de mostrar en público todo lo que es
capaz de producir, en silencio, entre fríos de temporada y acompañado por música
clásica que resulta idónea para retocar, afinar, pulir y concluir.
Isidoro Sánchez García -a quien el Colegio de
Ingenieros de Montes de España acaba de distinguir con su Medalla de Honor-
define a Imeldo como artista otoñal pero su peculiar anarquía no entiende de
estaciones y mucho menos de patriarcados. Por eso expone en el Instituto de
estudios Hispánicos de Canarias (IEHC) Tendencias
(1970-2016), tributo a Marcos, a quien incluye en el subtitulo de la
colección con una exclamación significativa: ''iiiAy, mi hermano!!!''. Marcos,
el colorado, el pelirrojo, el maestro que súbitamente dejó su vida en Las
Cañadas, mientras excursionaba, le recomendó en cierta ocasión que se
concentrara en el sin igual paisaje de las azoteas de la isla, que allí hay motivos
de sobra para plasmar. ''Préstame un favor -escribe Imeldo en su memoria- para
poder decir: qué bueno es vivir aquí y en el aire''.
Y entonces hace uno de esos 'happening' -¿se decía
así, no?- que tanto gustaban en los setenta, generación a la que le adscribe
Raúl González Suárez quien hace en el catálogo una exacta definición del
artista en pocas palabras: ''Es un gran observador de nuestras bellezas
naturales''. En la estancia principal del IEHC, entre borbotones de calor,
colgaban guirnaldas con pequeñas reproducciones de su obra; el afecto y la
amistad que ha sabido granjearse se vio correspondido con suficiencia (para
gozo de los dirigentes del Instituto, acostumbrados a magras asistencias),
entendidos y no tanto, pero, sobre todo, amigos a los que el arte de Imeldo
Bello siempre les dice cosas nuevas aunque lo hayan visto mil veces, de modo
que el acto cobró, desde el principio, ese aire de informalidad y espontaneidad
que tanto insufla al artista cuando tiene que hablar de sus creaciones entre amigos.
Una delicia sensorial, en atinada expresión de Eduardo Zalba González.
Entre esas creaciones, sobresale una auténtica
sinfonía polícroma de tajinastes. Las retamas teideanas estallan y la materia
se torna moldeable y cede para la impresión del artista. Es la paleta
multicolor que interpreta González Suárez: “Sus obras están marcadas por un
estilo figurativo y paisajístico con elementos oníricos y simbólicos, donde la
fuerza y la metáfora visual de la lava volcánica, de la retama del Teide se
refuerza con la escala cromática que sale de su pincel, en la que usa la gama
del arco iris, basada en colores primarios, ardientes, con el predominio del
color sobre el dibujo, poniendo a salvo la belleza desnuda del paisaje para
conseguir un principio básico en la obra de este artista: una paleta multicolor
respetuosa con el entorno”.
El artista portuense, que también cuelga su obra en
una de las salas del Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdhal (MACEW)
hasta el próximo 27 de octubre, en fase de luna creciente, señaló que “poseemos
algunos amigos de siempre y, por ello, no necesitamos detonantes para
atraernos”. Sus cuadros, su obra, estas Tendencias
de todo un ciclo vital reflejan una volubilidad artística fuera de lo
común.
Y cuando eclosiona, impacta…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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