Perfil y semblanza de un personaje sencillo, Bruno Abreu Rodríguez (mi
abuelo). Su padre Domingo Abreu era zapatero. Fue su único instructor en la
lectura y en la escritura, falleció el cuatro de Marzo de 1914 a los
ochenta y cincos años de edad. Eran tiempos de escasee, la indigencia hacía su
presencia en las familias y las escuelas eran las grandes desertoras. Los
chavales se integraban en el oficio, mi abuelo escogió el clásico zapatero.
Mi abuelo emprendió el oficio, integrándose definitivamente en el grado
superior, donde se encuentra "Zapatero - ebanista", el cual, se
dedica hacer todo el calzado y sus posteriores revisiones.
Es decir fue un gremio total del mundo de la peletería y zapatería, con sus
plantillas, moldes e ideas de confección de un zapato total y sus derivados.
Bruno Abreu Rodríguez nació en La Orotava el 6 de Octubre del año
1881 en la calle de Salazar, cerca de San Francisco, calle abierta por aquella
época muy tranquila y laboriosa, en aquel vivir apacible, acogedor y de
costumbres que contagiaron el entusiasmo y el dinamismo de un músico-zapatero
con prominente instrucción. Contrajo matrimonio el veinte y siete de
Noviembre de 1905 con Cecilia González Cejas (1878 – 13//01/1960) “Mi abuela”
apadrinándoles Isidoro Díaz y Remedios González, de su matrimonio tuvo siete
hijos y seis nietos. Empezó a trabajar con su maestro
Isidoro Díaz, posteriormente continúa con don Manuel Quijada "El
Chasnero", independizándose a su taller calle Las Estopas, y
acabar en el callejón de Los Cuartos (hoy calle de Sargentos Provisionales- hoy
Hermanas de la Caridad de San Vicente Paul según petición de la asociación de
vecinos Huerta del Moral de Los Cuartos), coadyuvándole en el bregar
de los calzados el perdomero Domingo y el orotavense Antonillo
fallecido en Venezuela. Su taller era un ámbito tertuliano de chaveas de la
villa de entonces que pasaban horas de ocio
oyéndole, preguntándoles, y así aplicar más sensatez a la sabiduría.
Su comprensibilidad en la lectura añadidos a los conocimientos de la historia y
de literatura, eran evidente para el aprendizaje de todos aquellos que le
visitaban en su taller. El político Don Ramón Gil Roldán y Ríos, el
abogado Don Francisco Betancourt, el inolvidable ex-alcalde y erudito
de La Villa Don Agustín Hernández y Hernández, -de este conservo
un libro de la Unión General de Trabajadores del año 1932 que le
dedicó a mi abuelo-, y el agricultor Don Tomas Reyes, fueron contertulios
asiduos de la zapatería. La prosa y los versos de Crosita.
Fue presidente fundador del centro instructivo obrero de la villa, tal como
se demuestra en el documento siguiente: Estas acciones ponen de manifiesto el
alto grado de conciencia de clase alcanzado por los trabajadores del Valle, lo
que permite consolidar su capacidad organizativa y dar consistencia a sus
posiciones ideológicas que, claramente ya, se enmarcan en la doctrina
socialista, convirtiéndose la comarca en el principal bastión de este partido
en la Isla. Muestra de este fortalecimiento es la manifestación del 1
o de Mayo de 1921 - la primera de la que tenemos constancia en la
Villa-, que partió desde la Calle Castaño y, tras recorrer las
principales vías del casco, desembocó en la Plaza del Ayuntamiento,
donde se celebró un mitin, para luego continuar hacia el Puerto de la
Cruz y unirse con la organizada en esta localidad. El manifiesto, firmado
por Bruno Abreu, Presidente del Centro Instructivo Obrero, refleja ese
avance ideológico de la organización: "Este año, como justa expresión
de dolor intenso que experimentamos ante los atropellos de que han sido objeto
innumerables camaradas, cuya sangre dada en holocausto del ideal de
emancipación, nos exige la protesta viva y consciente de todos los hermanos del
Trabajo. El recuerdo de los mártires de Chicago, en memoria de los cuales
mañana todos los trabajadores nos solidarizamos, hagámoslo extensivo a tantos
otros desheredados de la fortuna víctimas del egoísmo capitalista“…//…
La música, la banda municipal de La Orotava y los celebres
concursos de bandas en el ruedo taurino de estilo mudéjar de Santa Cruz de
Tenerife eran su verdadera predilección. Desde chico se integró en el arte
musical con el maestro y compositor Don Agrícola García, perteneció a Los
Cafres y a Los Belmontinos dos agrupaciones musicales villeras del fin del
siglo pasado, posteriormente pasa a la Filarmónica del Liceo Taoro,
finalizando en la Municipal de La Orotava con el
inolvidable maestro Don Tomás Calamita y Manteca. El Trombón y el bombardino
fueron sus instrumentos preferidos, instrumentos que dominó a la perfección con
talante paisajístico, perteneciendo a diversas orquestas de cámaras para
acompañar a empresas líricas que visitaban la Villa, así como a orquestas
de bailes. Según testimonio de Benjamín González Pérez: Bruno Abreu y sus
entrañables amigos; Victoriano Ríal y Jesús Padrón, formaban el equipo más
conjuntado con que contaba la banda de música, lo mismo para una
"ronda" o "pericón" que para ejecutar a primera vista,
aunque no fuera ante el atril con papel pautado.
Coincidiendo con la primera guerra mundial, transmigra a Icod de los Vinos,
en la ciudad del ínclito Drago arcaico trabaja en la calle de San Agustín en la
zapatería de maestro Domínguez, formó parte de la Banda Municipalde Icod
bajo la célebre batuta del compositor, autor de "Aires de Terruño"
Don Miguel Castillo, fijó su residencia en el barrio de La Centinela, allí
nació su hijo Enrique y murió su madre Lola, el seis de Febrero de 1919
a los ochenta y cuatro años de edad. Finalizada la primera contienda
mundial regresa a su Orotava y eso que los icodenses pretendieron que se
quedara ofreciéndole un menester en el Ayuntamiento. Ya en La
Orotava se reincorpora a su Banda de Música, y se reencuentra con sus
amigos. En una excursión a la Florida para pasar el día con
sus amigos; Maximiliano Delgado (Febles), Esteban "El Cartero",
Victoriano Real, Jesús Padrón, Pedro "El Platillero", Andrés
el del Llano, Eugenio González y otros, al regreso
después de tomarse unas copas de vino tinto - su bebida preferida
- visitan la plaza de Franchi Alfaro, al grupo se le
ocurre alojar los bancos al pilón central. Al día siguiente, de nuevo en el
mismo lugar, comentan, que sinvergüenzas, aquellos que se le ocurren tirar los
bancos a la pila. Hubo un refrán famoso en la Villa de
Arriba que muchos lo interpretaron como argumento político, nunca
fue una viveza, sucedió cuando el altercado con la Cruz de la
Calle del Cantillo, a parecer se les desplomó a su compañero Jesús Padrón,
en una noche después del ensayo con la Banda Municipal. A intentarla
poner en su sitio. Una Señora desde la ventana de su casa recitó; "...Como
es posible Jesús que siendo un gran barbero permitas a Bruno Abreu ayudarte a
cargar la Cruz...”
Aquella famosa frase con que se aconseja que cada cual no juzgue sino de
aquello que entienda "...Zapatero a tus zapatos...”, siempre fue patente,
pero su ocio preferente era la lectura, los libros, en mi biblioteca conservo
como único recuerdo suyo los episodios nacionales de Don Benito Pérez Galdó que
adquirió a dos pesetas (en la librería Miranda). En la década de los
cuarenta y cincuenta retirado de la música y del oficio seguía sus amigos de
siempre en la plaza del kiosco al lado del carrito de Manolo, con frecuencia
visitaba el cuarto de ensayo de la banda, estableciéndose careos evidentemente
musicales con maestro Berenguer primero y con maestro Correa después, por no
apuntar la música como creían que debía generarse. Bruno Abreu murió
en casas de mis padres en Septiembre de 1961 a los 80 años de edad,
recuerdo que fue un Jueves por la tarde coincidiendo con un concierto que la
banda de la agrupación musical de La Orotava ejecutaba en el kiosco
de la Alameda bajo la inolvidable batuta del maestro Don Emilio
Bachiller.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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