Durante muchos años, las tertulias de la
centenaria y desaparecida Librería Miranda de La Orotava acallaron su voz:
eran tiempos de silencio, de censura, de dictaduras. Durante muchos años, su fallecido
y heredero regente, que fue librero de prestigio, progresista y nombrado entonces
Villero de Honor, anheló una democracia.
Don Vicente Miranda Hernández, lo que nunca ha
dejado de hacer, es buscar cualquier minuto y aprovechar cualquier lugar para
satisfacer la auténtica pasión de su vida: la lectura.
Según nos cuenta el amigo de la Villa de La
Orotava; ÁLVARO MORALES: “…Don Vicente,
cervantino, agnóstico, socialista y ex concejal de Cultura en el Ayuntamiento
orotavense (1979 -1987), trabaja desde los 14 años en la librería que fuera de
su padre y que, fundada en 1900, se ha convertido en una de las emblemáticas de
Canarias. Conversar con él es como hacer un apasionante viaje por el siglo XX.
Un viaje sin punto de partida ni de llegada, pues se puede pasar del país de
los sueños novelísticos al de las reflexiones políticas más sosegadas,
profundas y, en su mayoría, certeras. Pero don Vicente es, ante todo, una
persona humilde que no sólo reconoce que acudía a aquellas tertulias únicamente
a escuchar y aprender «de los muchos intelectuales que intervenían en ellas»,
sino que, pese a ser «un lector empedernido», o precisamente por esto, admite
sin reparos que cada vez le abruma más experimentar la fugacidad de nuestras
vidas y, al mismo tiempo, comprobar la infinidad de libros que quedan por leer,
la infinidad de mundos e historias que quedan por conocer.
Le gustan casi todos los
géneros y los lee, si bien su humildad le lleva a aclarar enseguida que nunca
se ha atrevido del todo con la filosofía, «pues no tengo los suficientes
conocimientos como para profundizar». Pero, al fin y al cabo, ¿no dicen que la
filosofía es amor a la sabiduría? De eso, sin duda, está sobrado este
orotavense admirado, ejemplo para muchos y amante de los «siempre
imprescindibles clásicos españoles, aunque reconozco que nuestra literatura
actual, con los Llamazares, Muñoz Molina o Javier Marías, por nombrar alguna
gran altura y de un exquisito lenguaje, cosa que, por ejemplo, tenía muy en
cuenta Baroja».
Su mente abierta al
progreso hace elogiar los adelantos de la tecnología, aunque sabe que «esta
revolución ya no es para mí, sino para mis nietos». Sin embargo, y pese a su
capacidad de adaptación, hay algo que tiene muy claro: «Las autopistas de la
comunicación nunca podrán hacer, como tampoco pudo el cine, la radio o la
televisión, que el hombre se sienta tan dueño del medio y del mensaje como
cuando tenemos un libro en nuestras manos», pues, como él mismo sentencia,
«la lectura es una afirmación de la personalidad».
Don Vicente Miranda
Hernández, pese a sus pequeñas
frustraciones, «como estudiar en la Universidad o tener
una enorme librería en la que quepa la producción del pasado, actual y del
futuro», pues de mirar con orgullo hacia
atrás y celebrar que tiene la conciencia tranquila por lo que ha hecho en su
vida y, sobre todo, por lo que ha hecho en pro de la cultura y la educación de
su pueblo, que así se lo ha reconocido y que lo seguirá haciendo…”
La Banda de Música de la Agrupación Musical
de La Orotava,
es un ejemplo a seguir, pues era agnósicos de todo aquello que no apoyaba a la
banda de música de La Villa,
ojalá estuviera entre nosotros para oír a todos esos políticos villeros que se
consideran progresistas de izquierda que defienden todo lo clásico, lo nuestro,
el medio ambiente, y no reconozcan que la banda de música de su pueblo debe de
estar en un lugar común solidario, donde se agrupe toda la juventud en torno a
la música como lo defendió de todo corazón este villero ilustre don Vicente
Miranda Hernández.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL.
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