Este es
mi camión de mi infancia, que me dejaron Los Reyes al levantarme la mañana del
día 6 de enero del año 1955, un camión que me despertó la ilusión y la magia y
la fantasía de mi vida infantil. Tenía de todo, era de estilo de aquellos
camiones que estaban explotándose en aquella época tipo “COMMER”, muchas
guaguas encarnadas eran de esa marca y posteriormente aparecieron los famosos
micros que hacían servicios exprés de La
Orotava a Santa Cruz de Tenerife.
Mi
padre Juan Álvarez Díaz, mi querido padre, ese año hizo un esfuerzo enorme, por
traerme mi ilusión a casa. Desde la calle La Carrera de la Villa de La Orotava,
en la desaparecida juguetería de don Adolfo Herreros, llegó ese gran pequeño
camión a mi casa de la calle El Calvario.
Aquel
día fue un acontecimiento en toda mi familia, pues la alegría se desbordó entre mis hermanas, padres, tía
Consuelo (Tata) y abuelos Bruno y Cecilia. En verme dándole a esos pedales del
camión alrededor de la azotea de mí casa.
MI
primo hermano Dominguito Luís Álvarez, con su pequeña cámara de foto, tomo está
instantánea en la azotea, donde podemos observar, lo poco que existía en el
lugar conocido por la Sidrona; de derecha a izquierda; los “Charlet” de don
Miguel Acosta, don Emilio Luque Moreno y la mansión neoclásica que aún se
conserva de don Francisco Dorta y Jacinto del Castillo.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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