Magnificas fotografías tomas
por el fotógrafo Pavón, de la Plaza del Ayuntamiento de La Villa de La Orotava
en los años treinta del siglo XX, desde los dos ángulos opuestos. Observamos
como en el tiempo las plazas de la Villa de La Orotava se engalanabas de flores
naturales multicolores.
DON NICOLÁS PERDIGÓN ORAMAS,
ESCULTOR – RESTAURADOR: Nace en la Villa de La Orotava el 10 de
septiembre de 1853. Su obra restauradora alcanza a casi todos los templos
tinerfeños, haciendo alusión a su característica costumbre e interminables
plegarias, finalizadas por indescifrables abreviaturas. En el año 1929,
restauró la majestuosa Virgen de La
Gloria de la
Parroquia de San Juan Bautista, bella obra del artista Gran
canario Luján Pérez. Fallece en la
Villa de La
Orotava el 6 de enero de 1939.
DON JESÚS
MARÍA PERDIGÓN: Nace también en La Villa de La Orotava el 17 de Enero de
1888, hijo de don Nicolás Perdigón Oramas. Fue bibliotecario del Liceo Taoro en
el año 1906. El 12 de Marzo del mismo
año fue designado por el entonces alcalde de la Villa don Tomas Salazar y
Cólogan, encargado de confeccionar una alfombra de flores en la plaza de la Constitución (plaza
del Kiosco), con motivo de la visita del Rey de España Alfonso XIII. En el año
1908, el Exmo. Ayuntamiento de la
Orotava toma un acuerdo de concederle una subvención para que
estudiase en una gran escuela nacional o extranjera. Instalándose en la Escuela Oficial de
Bellas y Artes de San Fernando en Madrid, siendo el primer canario premiado por
dicha escuela. Obteniendo el primer premio en las oposiciones celebradas en la
citada escuela y una recompensa de 250 pesetas.
El 27 de Febrero del año 1929, el Cabildo Insular de Tenerife, le
concede 4.000 pesetas, importe de la fundición en bronce de su escultura “La
niña ciega”, existente en el Museo de arte Moderno de Madrid, inspirada en el
profundo sentimiento que le produce la afección de una bella niña, que vivió no
muy lejos de su casa paterna.
En el Valle de La
Orotava figuran dos importantes obras suyas; el busto de don
José Viera y Clavijo en la plaza del Realejo de Arriba, y el Busto de don
Agustín de Bethencourt (él celebre ingeniero), en la plaza de la Peña Francia en el
Puerto de la Cruz. En
el año 1936, fue consejero del Consejo Nacional de Cultura. Desde 1939 hasta
1960, ocupa el secretariado de la
“Escuela de Artes y Oficios Artísticos” de Madrid, dependiente de la dirección
general de bellas artes de Madrid.
Y durante muchos años ocupa el puesto de profesor del Colegio
Nacional de Sordomudos de la capital de España, falleciendo en la capital del
reino el día 26 de Septiembre de 1970.
DON JOSÉ
MARÍA PERDIGÓN: Nace a asimismo en la Villa de La Orotava el 10 de enero de
1893. Espléndido profesor de dibujo restaurador y escultor, recibiendo sus
primeras lecciones de su propio padre, que fue su gran maestro. Dedicándose
desde muy joven en el taller familiar, a la restauración de imágenes
religiosas. Su labor altruista, ha quedado perfectamente reflejada en la eficaz
influencia que ha ejercido la Academia Municipal de dibujo de La Orotava, en la vida
artesana y artística. El ilustre escultor villero don Ezequiel de León Domínguez,
dice que; “Don José, a todos nos orientó, a todos nos guió durante nuestra
primera andaduras por el mundo del arte, y se pasó toda su vida, descubriendo
valores positivos”. Murió en La
Orotava el día 17 de Octubre de 1974.
Escribía el escultor villero, don José Mª. Perdigón, sobre la
estancia del imaginero canario José Luján Pérez en la Orotava. En su contexto menciona
obras del canario en la
Orotava: En la
Parroquia de San Juan Bautista, la preciosa joya de Nuestra
Señora del Carmen orgullo de los habitantes de Farrobo, así como la valiosa
Dolorosa de Gloria, como se le llama, que acompaña al Santísimo. Cristo a la Columna, llamado el
Diamante del ilustre escultor sevillano Pedro Roldán y Onieva; dolorosa que fue
hecha en casa de los señores Bethencourt y Castro, donde se hallaba de
temporada el escultor de Guía.
También La
Orotava tenía la suerte de poseer otra Dolorosa, que se
venera en la Parroquia
de Nuestra Señora de la
Concepción, así como la bella talla de San Juan Evangelista,
y María Magdalena. Estas imágenes acompañan el jueves Santo al Crucificado.
Otra bella talla del mencionado Luján Pérez es un Crucifijo en la agonía que se
halla en la sala de tesoro de la
Parroquia de la Concepción.
Mencionaba el maestro Perdigón, que en aquella época se
conocieron y estrecharon amistad, José Luján Pérez con Fraile Ignacio Sánchez
de Tapias, lector jubilado, y definidor
de la provincia de Canarias en el convento de San Miguel de las Victorias, y
Fraile Antonio López, lector de Artes del convento de la Orotava, más conocido por
el santero. En la Orotava hay varias
imágenes talladas por este fraile: el Cristo Predicador de la Parroquia de la Concepción y el Señor
en el Huerto que se venera en la capilla del Hospital de la Santísima Trinidad
de esta Villa. Datos totalmente insólitos, el historiador Tarquis atribuye el
Cristo Predicador al escultor Blas García Ravelo, de acuerdo con un contexto
esbozado en el pecho, 1667 Blas García, me fes (it), Y el señor en el Huerto,
es un paso del siglo XVII, ejecutado por Francisco Alonso de la Raya escultor de
Garachico. Sin embargo el profesor don
Alfonso Trujillo, en la imagen del Señor en el Huerto encontró en la sección
terminar de la pierna derecha la inscripción, “esta anatomía se hizo en el año
1775, por el escultor Pedro Murga”, y don José María Perdigón en el
desaparecido semanario “Canarias” dice que, los pies del Señor en el Huerto
fueron tallados, a ruego de Fraile Antonio López, por el señor Luján
Pérez.
Luján había conocido en el Puerto de Orotava, a Antonio Manuel de la Cruz, que era pintor y
estofador de mucho mérito, que pasó a Gran Canaria a colaborar con el famoso
maestro Luján y llevó a su hijo Luís que cultivaba con gran éxito la pintura.
Residiendo en la casa del esclarecido escultor gran canario, padre e hijo,
dedicándose a la pintura. Entre los varios cuadros que pintor Don Luís Paulino
de la Cruz y
Ríos, nacido en el Puerto Orotava 1776, fallecido en Antequera 1853, está el
retrato del ilustre Obispo Manuel Verdugo, que realizó con toda perfección y a
gusto del Cabildo Catedral, por lo que le premiaron con cien pesos,
entusiasmados por la maestría de su gran ejecución. Los ideales ilustrados que
rodeaban al Valle de La
Orotava, junto con las enseñanzas de su progenitor y del
pintor Juan de Miranda, marcan la personalidad del artista portuense,
destacando sus dotes de dibujante. Retrata a miembros de la aristocracia, fue
alcalde del Puerto Orotava (1808 – 1814). Y En el año 1815, realiza un
importante viaje a Madrid para retratar a Fernando VII.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL.
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