El
amigo desde la infancia en la calle El Calvario de la Villa de La Orotava; ISIDORO
SÁNCHEZ GARCÍA. Remitió entonces (2015) el prologo sobre la exposición
pictórica de la también amiga de la Villa; MARÍA DEL CARMEN MARTÍN LUGO-VIÑA,
que expuso en el parque Cultural de Casa de Doña Chana (Villa Remedio) noviembre
– diciembre 2015 y que denominó “MI
EXPOSICIÓN SOÑADA”: “…María del Carmen Martín Lugo-Viña es una
mujer muy orgullosa de su familia, como casi todo el mundo. En su caso porque
es hija de doña Nieves Lugo y Benítez de Lugo, una Villera de pro, y del
recordado doctor, mitad palmero mitad orotavense, don Máximo Martín y Martín,
reconocido polifacético intelectual. También es nieta de don Antonio Lugo-Viña
Massieu, natural de la isla canaria de La Palma. Nos encontramos por tanto con
una señora relacionada con El Campo y la fotografía, el cine y la música.
Cuando joven Carmen estudió cuestiones
relacionadas con el Turismo, trabajó en el mundo de las Agencias de Viajes y disfrutó
viajando mucho y casi siempre sola. Por África y por América, también por
Europa y Asia. Lo más que le gustó fue visitar algunos países del hemisferio
sur del continente africano y otros del
hemisferio norte de América, el Nuevo Mundo que se encontró hace siglos Cristóbal
Colón, el almirante genovés, que en palabras del escritor y periodista
uruguayo, Eduardo Galeano, inauguró el turismo europeo en el mar Caribe. Fueron
los casos de México, Venezuela y Colombia.
Con lo que más ha disfrutado Carmen es
observando con su objetivo especial a su Teide volcánico. Unas veces desde la
raya que separa La Orotava del Puerto de la Cruz, en el corazón del valle de
Taoro donde reside; en otras, desde la meseta de las Cañadas. Al igual que nuestra
admirada poeta cubana Dulce María Loynaz galardonada en 1992 con el Premio
Cervantes. Es autora de una novela de viajes que escribió después de visitar
Tenerife a mitad del siglo XX, y acercarse al pie de Guajara, una de las
montañas más altas del gran circo volcánico del Parque Nacional del Teide,
Patrimonio Mundial desde 2007. Por ello no es de extrañar que la exposición dé
comienzo con una excelente toma fotográfica del volcán Padre Teide, que a modo de centinela observa
el territorio archipielágico de Canarias en todos los sentidos cardinales. Es
un ejemplo acertado de la aplicación tecnológica de la luz, en su año
internacional de 2015, relacionada con la óptica. Cierra su colección artística
con una puesta de sol espectacular en uno de los mares de México.
El
periplo proyectado por Carmen Martín Lugo-Viña en las décadas finales
del siglo XX le permitió viajar por la África austral y seguir por América, como sucedió con casi todas las cosas
buenas que se llevaron los canarios para las Indias occidentales en su contribución
a la causa americana como fueron los casos del volcanismo, la caña de azúcar y
los plátanos. En esta línea Carmen pudo y supo captar, con imaginación e
inteligencia visual femenina, la belleza del biotopo y la biocenosis de estos
países, su naturaleza, sus animales y
sus plantas, las emociones de los seres humanos que conforman sus tribus y
pueblan sus territorios. También sus culturas y sus costumbres, su riqueza
material y espiritual, su ALMA.
Curiosamente Carmen Martín Lugo, una mujer
artista curtida en la humildad, le dedica “Mi Exposición Soñada” a su madre.
Así la tituló porque lleva décadas intentando cumplir esta promesa
materno-filial, hasta que encontró un viejo amigo de la juventud que la animó.
Cuando me enseñó los álbumes de fotos le comenté que en el fondo le había hecho
caso a su admirado novelista ruso, León Tolstoi, ya que al haber fotografiado
el Teide, es decir su casa, hizo lo mismo con el mundo. Y en la misma línea le
recordé que su actitud con la fotografía me llevaba al ínclito escritor Eduardo
Galeano, porque me pareció “una cazadora de imágenes”. De unas imágenes
universales que a medida que las iba captando las interpretaba con una mirada
interior muy especial, reflejo de su educación sentimental como mujer y
artista. Me confesó que llegó a vivir momentos mágicos.
Por
ello le llevé fotos de autores británicos, como Meade Waldo, de amigos canarios
como Imeldo Bello, como los artistas submarinistas Francis Pérez, Eduardo
Acevedo y Sacha Lobenstein, del
fotógrafo hispano peruano Manuel Méndez. Incluso la estimulé con los “Rostros Cubanos”,
de la joven habanera Suzet Ávila, y con
los paisajes ibéricos de la salmantina Alicia Prieto. En verdad resultó que Carmen
es una fotógrafa de islas y de continentes y cumplió con su palabra: un
homenaje íntimo a su madre, doña Nieves Lugo Benítez de Lugo, a través de la
fotografía. Le sugerí que su exposición podía ser un interesante referente de
las aplicaciones tecnológicas de la luz al arte de la fotografía y del cine, y
de ello su madre sabía mucho, como el palmero Miguel Brito a quien le gustaba
mucho venir a fotografiar La Orotava a principios del siglo XX.
Tengo que confesar que a mi amiga le gustó la
invitación y aceptó participar en la orotavense SEMANA DE LA LUZ. Me enseñó la
máquina con la que hizo la mayoría de sus fotografías, a la que llama ALMA, y se acordó mucho de la película de su madre,
La Sortija Encantada. A Carmen le voy a
regalar un libro de antologías poéticas de Antonio Gamoneda, reconocido
escritor español, también Premio Cervantes, al que le gusta mucho la luz, hasta
el punto que fue capaz de aglutinar en 2004 su obra lírica en un trabajo
titulado Esta Luz.
Comenzó escribiendo:
Cuajado en la luz, hirviendo, después de
mucha tierra deshabitada de pájaros, surge un pueblo.
[……]
Terminó diciendo:
Veo la vida en el centro de la luz; ya sé
que la belleza no necesita ser pensada.
Felicidades
Carmen por la luz singular de tus fotografías. Es algo más que energía.
Es pura pasión, es capacidad de comunicación, es reflejo de una actitud
positiva ante la vida. Es un auténtico ejercicio de innovación personal. Se te
nota que formas parte de nuestra generación silenciosa, que nació a mitad del
siglo XX en un mundo lleno de convulsiones…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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