jueves, 14 de septiembre de 2017

SANTISIMO CRISTO DE LA LAGUNA Y EL 14 DE SEPTIEMBRE DÍA GRANDE DE LA CIUDAD



El Santísimo Cristo de La Laguna es una figura de gran valor histórico, artístico y cultural que representa la imagen de Jesús de Nazaret crucificado. Destaca por su color moreno. El Cristo de La Laguna es una de las imágenes Cristológicas más veneradas de Canarias, y la más antigua del archipiélago. Dicha obra es una de las mejores imágenes que forman parte del Patrimonio Histórico de Canarias. Se la considera además como la imagen flamenca más importante de Canarias.
Su santuario es el convento franciscano de San Miguel de las Victorias (Real Santuario del Cristo de La Laguna). La talla es de estilo gótico del siglo XVI. En ella, Jesús se encuentra pendiente de la cruz por tres clavos de tamaño natural. Su cabeza fue representada inclinada y vuelta hacia el lado derecho. Su cara muestra dolor y está oscurecida y su cuerpo, y en especial su musculatura, presenta unas proporciones bastante correctas para la época. La Pontificia Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna, es la hermandad encargada de la imagen del Cristo y de su Santuario los franciscanos. Al lado de su Santuario se encuentra la Plaza del Cristo de La Laguna.
Se creía que era de procedencia sevillana e incluso nórdica pero tras las investigaciones del profesor Francisco Galante Gómez se cree que se trata de una talla de origen flamenco-brabanzón, de estilo gótico esculpida por Louis Der Vule hacia 1500 o 1514 y que debido a las relaciones comerciales y a las significaciones de las importaciones de obras de arte entre los antiguos Países Bajos meridionales y el resto de Europa, llegaría a Venecia, localidad que gozaba en aquel entonces de un gran esplendor comercial y económico, siendo llevada a Barcelona, y desde ahí a  Cádiz, donde se alojaría temporalmente en la Ermita de la Vera Cruz en Sanlúcar de Barrameda, y después de mucho tiempo de estar en Sanlúcar de Barrameda en una hermandad llegaría hasta la isla de Tenerife.
No se sabe a ciencia cierta si llegó como consecuencia de su adquisición por el conquistador de la isla, el Adelantado Alonso Fernández de Lugo, para presidir dicho Convento, o más bien como un regalo que hizo a este Don Juan Alonso Pérez de Guzmán y Zúñiga, VI Duque de Medinasidonia, fruto de las buenas relaciones existentes entre el General Lugo y dicha Casa de la Nobleza Española.
El sacerdote JOSÉ RODRÍGUEZ MOURE, lo describiría así en su obra Guía Histórica: “…Esta imagen de Jesús es un Crucificado pendiente de la Cruz por tres clavos de tamaño natural. La cabeza un poco inclinada y vuelta hacia el lado derecho no la tiene desmayada sino algo erguida, velando el rostro por la sombra de un mechón de pelo de la cabellera nazarena que le cae por la izquierda y casi se apoya en el pecho; la hermosa faz, aunque dolorosa y renegrida, es atractiva; la musculatura y proporciones bastante correctas para la época que revela, teniendo la corona de espinas que adorna la cabeza y el paño que cubre los lomos formados de talla en el propio madero en que fue esculpida. Aunque la pintura, por la acción del tiempo, ya está entenebrecida, aun se puede observar que nunca predominaron en ellas los tonos sonrosados sino los morenos o trigueños por las sombras de los cardenales, heridas y congestiones...”
Entre sus detalles, destacan unas inscripciones que se incluyen en el paño de pureza o perízonium, que está ajustado a las caderas y ladeado a la izquierda; sus plegados hacen un efecto de luces y sombras.
Éstas inscripciones se sitúan, por un lado en la parte superior del paño, que posee un conjunto de letras con adornos florales. Otras, en la parte lateral, más desapercibidas, nos hablan del autor y fecha de su talla. Su calidad como obra de arte es sobresaliente, al igual que su importancia devocional.
En el Real Santuario del Cristo de La Laguna se conserva un velo del Cristo, de seda adamascada, que es anterior a 1599. En él aparecen dos símbolos importantes como la Cruz y la "S" de la Pontificia Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna. La importancia de este velo del Cristo es que fue bajado a Santa Cruz de Tenerife ante el inminente ataque de los holandeses luteranos, que días antes habían saqueado e incendiado Las Palmas de Gran Canaria, con 73 navíos al mando del vicealmirante Pieter Van der Doez.
Los religiosos del Santuario del Cristo de La Laguna hicieron procesiones y plegarias a la citada imagen, y decidieron que se llevara a Santa Cruz el velo que cubría al Cristo para que fuera utilizado como estandarte en la batalla.
La Batería de Armas del Grupo de Montaña, reforzada por personal del de Costa, participó en 17 combates de la campaña de Marruecos entre 1921 - 1922, en la Zona de Larache. La Batería, que antes de su partida se encomendó a la advocación del Cristo de La Laguna, regresó sin haber sufrido ninguna baja. Una vez finalizada la contienda en Marruecos, en 1922, los 160 hombres de la Batería regresaron sanos, después de haber participado en 17 combates, lo que fue tomado por muchos como un auténtico milagro del Cristo. En acción de gracias, los artilleros hicieron la solemne promesa de acompañar al Cristo en todas sus procesiones, con una escuadra de 7 gastadores, expresión de su inmensa fe y amor al Cristo de La Laguna.
El paso del tiempo ha oscurecido y dañado levemente la pintura de la talla. En estos momentos se conserva en el Real Santuario del Cristo, una iglesia de una sola nave, alta y estrecha que en la actualidad tiene la categoría de Real Santuario. El Cristo de La Laguna y su santuario fueron declarados Bien de Interés Cultural (Categoría de Monumento) en el año 2003 por el Gobierno de Canarias.
Esta imagen del Cristo de La Laguna es una escultura de bulto redondo, del siglo XV, de estilo gótico y perteneciente a la escuela flamenca. Se encuentra en el retablo de la Capilla Mayor. Dicha obra es una de las mejores imágenes que forman parte del Patrimonio histórico
De Canarias. Su llegada a la iglesia del convento de San Miguel de las Victorias, es ambiguo; se presupone en las fechas de 1498, 1510 o 1520. Fue traída posiblemente a Tenerife por el Adelantado Alonso Fernández de Lugo.
Pieza artística, de tamaño natural, que evoca el espiritualismo nórdico, atendiendo también a un gusto italianizante, de facciones realistas y un detallismo que recuerdan a los maestros flamencos de la pintura gótica internacional. Posee elegancia, delicadeza y a la vez ligereza que se adquiere a través de su cuerpo en actitud distorsionada y angulosa, que muestra de forma destacada su sentido del movimiento. La imagen nos expresa un sentimiento de conmoción, contemplación y austeridad, queda patente por lo tanto, su intensidad dramática.
Entre sus detalles, destacan unas inscripciones que se incluyen en el paño de pureza o perízonium, que está ajustado a las caderas y ladeado a la izquierda; sus plegados hacen un efecto de luces y sombras.
Éstas inscripciones se sitúan, por un lado en la parte superior del paño, que posee un conjunto de letras con adornos florales. Otras, en la parte lateral, más desapercibidas, nos hablan del autor y fecha de su talla.
Su calidad como obra de arte es sobresaliente, al igual que su importancia devocional.
Madera revestida en plata de estilo barroco. Perteneciente al retablo de la Capilla Mayor. Fue un obsequio de Francisco Bautista Pereira de Lugo al convento franciscano de San Miguel de las Victorias, quien lo realizó junto con los clavos, también de plata. Su sencillez ornamental no fue premisa, para la influencia que tuvo en la orfebrería canaria. Hubo una Cruz anterior a la ya comentada, que fue la primigenia del Santuario, era de madera, quedando ésta en el convento de las religiosas de Santa Clara, donde aún recibe culto y veneración.
Lo conforman nicho, sagrario y frontal; es de plata repujada, del siglo XVIII y artísticamente hablando, del estilo barroco. Se encuentra situado en la capilla mayor. Es uno de los mejores ejemplares existentes en España.
Su coste estuvo a cargo de Mateo Velusco en el año de 1675. Su frontal es el más antiguo que se encuentra en las Islas y fue un regalo de Alonso de Nava y Grimón y de Alvarado Bracamonte. Su realización estuvo a cargo de orfebres canarios. Se concibe a manera de lienzo, la división se realiza mediante galones cincelados y está dividido en dos zonas, una superior más estrecha que la inferior.
El panel superior, posee un motivo ornamental, que forma una serie de tallos, hojas, flores y granadas, que se repiten en toda la superficie. Su inspiración son los retablos barrocos isleños, que eran ejecutados por artistas portugueses y andaluces.
El recuadro del centro, lo ocupa un blasón de la casa del donante, la familia de Nava y Grimón.
La parte inferior se divide en cinco paneles mientras que la mesa del altar posee una basa y sobre ella cuatro soportes que sostenga el Ara y contiene decoración vegetal.
El que ayer se dé una información sesgada en un periódico de esta ínsula, sobre la Escuadra de Artilleros de Montaña que acompañará a nuestro Señor, después de 10 años sin hacerlo, no siendo nuestro deseo el tener que retornar a guerras que ya considerábamos pasadas, entre este cristianos y humilde ciudadano y el obispo católico, don Bernardo Álvarez, en relación a haber impedido que los Artilleros de Montaña acompañaran al Santísimo Cristo de La Laguna, cada vez que saliera de su Santuario procesionando por nuestra ciudad, en cumplimiento a una promesa del pueblo lagunero y los artilleros en 1921, con motivo de la Guerra de África, tenemos que hacer algunas consideraciones, tanto a monseñor Álvarez como a cierto y determinados ciudadanos con aires de lograr algún mayorazgo de nobleza nobiliaria.
A nosotros nos pidieron algunos hermanos de la Hermandad del Cristo, de esos de a píe, que bajáramos la guardia y que viéramos la posibilidad de dejar de aparecer en los medios con nuestras diatribas al respecto. Así lo hicimos, escuchamos, dejamos de reivindicar la anulación de la Norma Sinodal 516.
Las alharacas en el periódico de origen palmero, Diario de Avisos, anunciando a bombo y platillo que la salida del Cristo el día 14 de septiembre, en la Procesión del Retorno, irá acompañado, como desean los laguneros/as por la Escuadra de Artilleros, aunque esta importante noticia nos hubiera agradado más si se hubiera dado conjuntamente, y para nada por la representación de esa ineficaz, servil y sumisa Junta de Gobierno de la Hermandad, propietarios del Templo y de la imagen en representación del pueblo lagunero, quienes para mayor inri no han movido ni un solo dedo, saliendo muy feos en la información que les resta total credibilidad y que, además, no serán capaces de defender la propiedad, en su conjunto incluido todo el espacio ocupado por todas las instalaciones religiosas y el recuperar lo que indebidamente fuera hecho en 1936 por el Ejército, por aquellos que se levantaron contra el Gobierno de la República, que invadieron derechos adquiridos en 1837, por la desamortización de la Ley Mendizábal de 29 de julio.
Gracias a La Laguna, por los apoyos recibidos y al prelado Álvarez al haber recapacitado y devolverle a nuestra ciudad la esperanza, pues sin ésta no hay fe.
Cada año se repite el mismo ritual de fe y devoción: ceremonia del Descendimiento de la Imagen y Besapié (suspendido en esta ocasión por las razones de todos conocidas), traslado al templo de la Concepción (sede catedralicia), quinario de preparación, solemne celebración Eucarística en el día de la Exaltación de la Santa Cruz (día principal) y procesión de retorno al Santuario. Los fuegos artificiales en la noche del día grande marcan el comienzo del solemne octavario con el que concluirán los actos religiosos. El DÍA GRANDE, el DÍA MAYOR en la ciudad de los Adelantados. Una hora antes del comienzo de la celebración eucarística que presidirá el obispo de nuestra Diócesis y predicará el Arzobispo Emérito, el Estandarte Real procesionará, con la asistencia de autoridades, desde las Casas Consistoriales hasta la Concepción. Al término de la Eucaristía, tendrá lugar la Procesión de Retorno de la Imagen del Cristo Moreno a su Santuario. 
El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava: EVARISTO FUENTES MELÍAN “ESPECTADOR”, remitió entonces (13/09/2012) estas notas: “…Cuando éramos niños en mi familia, con residencia en La Orotava, una tía  nos llevaba a la fiesta del Cristo de La Laguna, 14-S (que era festivo en Santa Cruz también), y desde la calle de La Carrera veíamos los fuegos de la iglesia de la Concepción. Luego corríamos raudos a la plaza del Cristo, para ver los fuegos de La Montaña. Y, de inmediato, los fuegos del remate. Había una traca alrededor de toda la plaza (luego la prohibieron por peligrosa) que ‘acongojaba’ al numeroso público, y mi hermano y yo, con unos diez años de edad, nos poníamos cerca, en desafío, tan tan, tan, pum, tan, tan, tan , pum... Tan cerca, que el pelo de la cabeza se nos levantaba por la onda expansiva de los cañonazos de la traca, mientras la Santa Imagen permanecía debajo del enorme templete refugio de mampostería. Templete que nunca debió desaparecer, primero, sustituido con aquella enorme fuente inadecuada e insulsa; y luego, con estos hierros verticales enhiestos de controvertida ambientación y significado. Y, por añadidura, y para más INRI (nunca mejor dicho) con las correspondientes goteras en los aparcamientos soterrados…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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