lunes, 11 de septiembre de 2017

CHACHO, CLODOALDO EN EL RECUERDO



Aniversario de su fallecimiento. Le conocí desde niño, era vecino de mi calle El Calvario de la Villa de La Orotava, no hablaba mucho con él, nos conocíamos por nuestra familia, la última vez que me lo tropecé fue en un puesto de lotería de La Sidrona, un barrio orotavense en espacio urbanístico promocionado en los años setenta del siglo XX, me preguntó si ya era jubileta, le dije muy pronto entraba en ese mundo (por supuesto ya lo soy), y le contesté que tenía en casa una foto suya, siendo aún un niño, retratado con las amigas de su hermana Lala en frente de su casa de la calle El Calvario.
A cabo de tiempo, su hijo Clodoaldo González y González que fue alumno mío en el IES La Orotava Manuel González Pérez en el Barrio de San Antonio, me pidió que le mandase la foto que su padre estaba loco por tenerla, así lo hice y es la única que tengo de él.
El pasado día seis de este caluroso verano, sábado, septiembre de 2014. Me entero que nos había dicho adiós definitivamente, me sorprendió su óbito, pero la vida es así, tiene un principio y un fin.
Chacho Clodoaldo como le conocíamos en esta panorámica está retratado con pantalones cortos, de una familia numerosa, solo quedan sus dos hermanas; Fuensanta (viuda de Felipe Hernández Casanova, madre del amigo Juan Felipe Hernández González) y Lala (señora de Julito Villavicencio).
El amigo de la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”, remitió entonces (11/09/2014) estas notas que tituló “Clodoaldo”: “…Clodoaldo es una enciclopedia andante, sobre todo en deportes, hace poco lo vi en el Liceo y le comenté algo, quedamos en vernos pronto, es una pena, estuve los últimos años detrás de tener un diálogo, una tertulia semanal al menos, con Clodoaldo, y, qué casualidad, una vez fuimos juntos  a un viaje del Imserso, llegamos incluso hasta África continental, Tánger, desde un puerto de la costa andaluza. Clodoaldo es una persona con educación y cultura, un libro abierto, es de una promoción de antes de la Guerra ‘Incivil’, nació en 1935. A Clodoaldo lo estoy buscando para charlar de deportes, en un periódico de Madrid sale cada lunes la historia de algún líder, de algún equipo de campanillas, no solo de futbol, sino también de ciclismo, de baloncesto… Hace dos semanas salió un reportaje ciclista de la vuelta a España de 1968,  cuando ETA empezó a incordiar con sus bombitas y reventó una carretera por donde tenía que pasar La Vuelta. Y de futbol, en agosto del año pasado, se publicó el caso de Di Stefano secuestrado en Caracas, en 1963. Y este último lunes fue la historia patética de cuando Franco impidió en 1960 que España en futbol se enfrentara a Rusia. Chacho sabía más que el cronista del aludido periódico nacional.  Me queda mucha pena, la pena de no poder ver con más frecuencia a Clodoaldo, y la pena de su muerte tan repentina como imprevista, tengo un recorte de periódico que se lo iba  a enseñar, durante uno de esos partidos televisados de pago que veíamos en el Liceo. Pero ahora, ¿cuándo?, ¿dónde?... Esperaré a ver si en el otro Mundo nos vemos, en un arcano secreto griego, para tomar nota, tomar apuntes y luego pregonar, publicitar  datos en un ágora helena, una tertulia romana, en un foro, plaza del pueblo  o en un zoco marroquí, como el que visitamos en Tánger. Gracias Chacho, Clodoaldo,  por tus enseñanzas…”
Su hijo mi alumno en el IES La Orotava Manuel González Pérez del Barrio de San Antonio; CLODOALDO GONZÁLEZ Y GONZÁLEZ, remitió entonces (11/09/2014) estas palabras suyas sobre su querido padre: “…Muchas gracias por tus palabras y por recordar la figura de mi padre Bruno. Digo figura porque para mí fue el mejor en todo. Siempre se desvivió por su familia, por mi madre, por nosotros sus hijos, por sus nietos, padres, hermanos, cuñados, sobrinos y primos. También lo hizo por sus amigos, aquí tengo que hacer una mención especial a Juanito y Manola. Nunca tendré suficientes palabras de agradecimiento hacia ellos. Por todos sentía algo especial. Con todos compartió sus experiencias y sus recuerdos, era como dice el Sr. Evaristo Fuentes una enciclopedia andante, deportes, historia, política, economía.....tenía una memoria prodigiosa, nunca pude rebatirle ningún hecho, dato o fecha, me frustraba discutir con el porqué siempre tenía que darle la razón. Fue un sibarita de la comida y del vino, sobre todo de este último, si abría algún guachinche donde hubiera buen vino allí estaba el "analizándolo". La última vez que hizo un análisis de este tipo fue en el guachinche de Ángel, el 23, ya que se había enterado que le habían premiado el líquido elemento, yo tuve el privilegio de disfrutar con él de ese momento y creo que Ángel también ya que le recordó anécdotas de sus familiares que desconocía. No estudió enología pero para mí era el mejor enólogo. No puedo seguir espero que lo comprendan. Descansa en paz papá y gracias por todo…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

No hay comentarios:

Publicar un comentario