Don Agustín de Betancourt y Molina nació en el Puerto de la Cruz
“Orotava” en el año 1758. Fue uno de los ingenieros más prestigiosos de
Europa. Era hijo de Agustín de Betancourt y Castro, asiduo participante
en la Tertulia de Nava y miembro fundador de la Sociedad
Económica de La Ciudad de La Laguna. Precisamente en la recién creada Sociedad
presentó en 1778 su primer diseño, una máquina epicilíndrica para
entorchar seda, realizada en colaboración con sus hermanos José de Betancourt y
Castro y María de Betancourt y Molina de la que parece había surgido la idea.
María de Betancourt presentaría también a la Sociedad
Económica de la Lagunauna "Memoria de sobre la forma de obtener
el color carmesí", muy probablemente la primera memoria científica firmada
por una mujer en Canarias.
En 1778 marchó a Madrid a estudiar en los Reales Estudios de San
Isidro. Sus primeros encargos para la Corona, en 1783, son la inspección
del Canal Imperial de Aragón y el estudio de las minas de Almadén, sobre cuyo
estado redactó tres detalladas memorias; en este mismo año y ante la Corte
Real elevó, por primera vez en España, un Globo Aerostático. En 1784 viajó a
París a la escuela de Puentes y Caminos. A partir de 1785 llevó a cabo
numerosas investigaciones técnicas ("Memoria sobre la purificación del
carbón piedra", etc.) y comenzó a realizar estudios sobre hidráulica y
mecánica y a diseñar y adquirir máquinas por encargo de Floridablanca con
vistas a la futura creación en Madrid de un Gabinete de Máquinas.
En el otoño de 1788 realizó su primer viaje a Inglaterra, donde permaneció
dos meses observando máquinas, a mitad de camino entre la investigación
científica y el espionaje industrial. Entre otros lugares, visitó la empresa de
Boulton y James Watt, que en 1782 habían patentado la máquina de doble efecto,
pero no consiguió ver la nueva máquina perfeccionada en que estaban trabajando.
Sin embargo, en Londres observó una máquina de doble efecto funcionando en una
fábrica de harinas y un nuevo modelo de telar mecánico (probablemente el de
Cartwright). A su regreso a París, en 1789 escribió para la
Academia de Ciencias de París una "Memoria sobre una Máquina de vapor
de doble efecto" y al mismo tiempo, diseñó una bomba que se instaló en la
recién construida fábrica de harinas de los hermanos Perier. Poco después,
diseñó un modelo de telar mecánico. El mismo año construyó una máquina eólica
para desaguar terrenos pantanosos, que incorporó junto con el telar, a la
colección de máquinas con destino al futuro Gabinete. También se encargó del
diseño o la adquisición de los instrumentos para la expedición de Malaspina. En
1790 presentó a la Academia de Ciencias de París la "Memoria
sobre la fuerza expansiva del vapor de agua" (tal vez no sea casual que en
esas mismas fechas Watt escribiera a Boulton aconsejándole desconfiar de los
visitantes extranjeros). El año siguiente, 1791, escribió su estudio sobre la
manera de fundir y barrenar cañones de hierro (la "Descripción del Real
establecimiento de Yndrid donde se funden y barrenan los cañones de hierro
para la Marina Real Francesa", en la que propone diversas
mejoras a los métodos empleados) y la "Memoria sobre la draga
mecánica", cuya construcción intentó llevar a cabo en España, aunque sin
resultado, y que construyó finalmente en Krondstadt en 1812. Ante el cariz
revolucionario que empezó a tomar la situación en Francia, regresó a Madrid con
la colección de máquinas.
En 1792 se inauguró el Real Gabinete de Máquinas, del que fue nombrado
director, y se hizo público el primer Catálogo de modelos, planos y manuscritos
del Gabinete que incluía 270 máquinas, 358 planos y más de 100 memorias con 92
gráficos, todos los cuales habían recogido o diseñado durante su estancia en
París, en colaboración con Juan López Peñalver. En 1793 viajó a Inglaterra
donde permaneció tres años investigando sobre teorías de las máquinas y dónde
presentó en 1765 el diseño de una máquina de cortar hierba en ríos y canales.
En 1796, ante la ruptura de relaciones entre España e Inglaterra como
consecuencia de la firma del Tratado de San Ildefonso entre Francia y
España, viajó a París. Allí junto con Breguet, presentó al Directorio el
prototipo y los planos de un telégrafo óptico (la "Memoria sobre un
nuevo telégrafo y algunas ideas sobre la lengua telegráfica"), en el que
venían trabajando desde 1787, y comenzó la polémica con Chappe acerca de las
ventajas e inconvenientes del telégrafo de Breguet y Betancourt, polémica que
no se resolverá hasta el definitivo informe favorable de la
Academia de Ciencias en 1796. En 1797 patentó junto con Perier una prensa
hidráulica para uso industrial y la incorporó al Gabinete de Máquinas (como en
el caso de la máquina de doble efecto y el telar mecánico, esta prensa era muy
parecida a otra inventada por Bramah que Betancourt había visto en Inglaterra).
Este mismo año regresó a España, donde fue nombrado Inspector General de
Puertos y Caminos. En 1802 consiguió que se creara la Escuela Oficial del
Cuerpo de Ingenieros de Caminos, de la que fue el primer director y en 1803
empezó a escribir con Lanz el "Ensayo sobre la composición de las
máquinas", que se publicaría en París en 1808 convirtiéndose en un libro
de texto de gran difusión en toda Europa. En 1807, Betancourt fue nombrado
corresponsal de la Academia de Ciencias de París (irónicamente,
también J. Watt fue nombrado corresponsal en esa misma sesión). Poco después
abandonó definitivamente España, trasladándose a París donde presentó a la
Academia de Ciencias su "Memoria sobre un nuevo sistema de navegación
interior", en la cual describió una esclusa de émbolo que había inventado
en 1801, e inventó con Breguet el termómetro metálico.
A finales de 1807 viajó a San Petersburgo invitado por el Zar Alejandro I
de Rusia y permaneció allí durante seis meses. Tras regresar a París para
presentar con Lanz el "Ensayo", regresó a Rusia donde permaneció
hasta su muerte al servicio de Alejandro I.
Nombrado mariscal del ejército ruso, quedó adscrito al Consejo Asesor del
Departamento de Vías de Comunicación. Posteriormente fue nombrado Inspector del
Instituto del Cuerpo de Ingenieros y, en 1819, Director del Departamento de
Vías de Comunicación. A lo largo de los 16 años de su estancia en Rusia alternó
la dirección académica del Instituto de Ingenieros con numerosas obras
públicas, como el puente sobre el Nevka, la modernización de la fábrica de
armas de Tula o la fábrica de cañones de Kazan, la draga de Krondstadt, los
andamiajes para la Catedral de San Isaac o la Columna de
Alejandro I, el canal Betancourt de San Petersburgo, la feria de Nizhni
Nóvgorod, la fábrica de papel moneda, el picadero de Moscú, la navegación a
vapor en el Volga, sistemas de abastecimiento de aguas, ferrocarriles, etc. A
partir de 1822 comenzó a tener problemas con el Zar y fue sustituido en la
dirección del Instituto, quedando relegado hasta su muerte en 1824.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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