El amigo de
la infancia de La Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”,
remitió entonces (18/10/2009) estas notas que tituló; “ANÉCDOTAS FUTBOLERAS”.
Publicadas en “valle de lágrimas” (sANTA crUZ DE tENERIFE),
La OPinión de Tenerife el día 18 de octubre del 2009: “…En la temporada 1956-1957, al
final del campeonato provincial de Primera Regional, se jugaba la Liguilla
Interregional, entre los tres mejores de las dos provincias canarias. El
Orotava quedo fuera, en cuarta posición, pero movió y removió Roma con Santiago
y Santa Cruz con Las Palmas, por ver si conseguía entrar también en la referida
Liguilla. Hay un cruce de cartas (fechadas todas en marzo de 1957) en que la UD
Orotava encontró apoyo en la UD Las Palmas, pues su filial, el Deportivo San
José, había quedado cuarto en su provincia. La Federación Tinerfeña en
principio anduvo dubitativa ante las presiones del Orotava, pero finalmente no
accedió a tal petición alegando falta de fechas. En consecuencia, el presidente
del Orotava redacta una carta en que comunica a la Federación Tinerfeña de
Fútbol su dimisión: "por haber perdido la confianza que en ella tenía
depositada". Ahora, en 2009, cincuenta y dos años más tarde, repasado
fríamente el asunto, habrá que convenir en que no era lógico pedir a posteriori
un cambio en las normas de clasificación de una competición oficial.
Definitivamente, la UD Orotava no jugó aquella Liguilla Interregional.
Otra anécdota: El domingo 21 enero 1973, el
Orotava empató en casa 1-1 un partido de liga contra el Puerto Cruz, que
mereció la victoria. Pero los portuenses habían alineado un jugador sin los
papeles en regla. El Orotava lo denunció a la Federación, que dio por perdido
el partido al Puerto Cruz y además le restó tres puntos. El sábado siguiente
jugó el Orotava en Santa Cruz, en la cancha del Heliodoro, contra el histórico
Real Unión de Tenerife. En un gran ambiente, apoyado por su numerosa afición
que se desplazó a la capital, ganaron los de la Villa 0-1. Pero, de repente,
dos aficionados portuenses despliegan y pasean por el estadio una pancarta en
la que, motivados por la antedicha sanción, se leía textualmente: "La
Ciudad Turística y el Real Unión unidos por primera vez contra el
Orotava". ¡Pues qué bien!
No asisto a los estadios de fútbol desde
aquellos años, salvo en puntuales ocasiones, como alguna final del Trofeo
Teide. Sin embargo, cuando viajo suelo ir al partido que toque. Esta vez fue en
el coqueto estadio Anoeta, que tiene forma de concha, con una capacidad para
treinta mil espectadores. Coincidí con un amigo que, en consonancia con su
ecologismo rampante de pura cepa, lleva siempre cámara fotográfica en ristre.
Fue un partido de fútbol sin ningún aliciente: Real Sociedad-Huesca, liga de
Segunda División. El Huesca estuvo superior, espoleado por un pequeño grupito
muy ruidoso de oscenses, pero ganó la Real 2-0. Llegué al estadio al descanso,
y un simpático y servicial empleado, después de algunos titubeos, me dejó entrar
gratis. Luego se pasó en cortesía, me impidió con energía que le diera propina
y me indicó el asiento que debía tomar respetando el de los abonados.
Anécdotas futboleras hay muchas más. Por
hoy es suficiente…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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